Somos una familia de productores de té y supongo que también, y por accidente, de hoteleros, dado nuestro compromiso con la producción ética de té y nuestro orgullo por compartir nuestro país con viajeros del mundo. Mi padre, Merril Fernando, fundó Dilmah Tea en el año 1988, ¡cuando tenía ya 58 años! Hasta entonces se había dedicado a suministrar tea a granel a otras marcas. Siempre se ha tomado muy en serio y de una forma muy personal la comunicación con nuestros clientes a lo largo y ancho del mundo. No hay nada que le guste más que leer sus cartas y contestarlas una a una, todas y cada una de ellas y de forma personal…siempre me pregunto ¡cómo puede encontrar tiempo! En el año 2000, cuando Sri Lanka declaró el alto al fuego durante la guerra civil (ya acabada, gracias a Dios), no parábamos de recibir cartas de consumidores de té Dilmah que deseaban visitar nuestras plantaciones de té en Sri Lanka.
Puesto que somos la única propiedad productora de té en Sri Lanka y gracias a la rica cultura colonial del país, la gente estaba deseando visitarnos, por lo que mi padre Merill, mi hermano Dilhan y yo comenzamos a pensar en maneras para conseguir mostrar nuestro maravilloso país a los visitantes extranjeros. Al principio organizábamos tours del té no oficiales y los visitantes se alojaban en las casas de nuestros gerentes y visitaban las fábricas y las plantaciones con nuestro equipo. Nos impresionaba lo muchísimo que disfrutaban de estas experiencias y el negocio hotelero (¡continúa siendo un hobbie para nosotros!) empezó a crecer.
Nuestras cuatro villas de la época colonial se construyeron entre 1898 y 1950 en los alrededores de Mousakelle y el lago Castlereagh y se accede a ellas fácilmente andando, en bici o incluso en kayak. En el año 2005 se terminaron de restaurar y abrimos Ceylon Tea Trails, un concepto de hotel único en el que los huéspedes sienten que han retrocedido en el tiempo a la época colonial de Ceylán y que están visitando a un familiar. Queríamos que nuestros huéspedes experimentasen una vida placentera con servicio de mayordomo, muebles de la época y una cocina gourmet, siempre rodeados del prístino entorno de nuestras plantaciones de té. Todos los días, los mayordomos despiertan a los clientes con ‘Bed Tea’, costumbre colonial, mientras que preparan el baño y abren las cortinas para que disfruten de las espectaculares vistas del lago y los alrededores. Tradiciones con un toque de estilo contemporáneo y un ambiente agradable y relajado, ambas forman parte del sello distintivo de la experiencia en Ceylon Tea Trails. Y, por supuesto, todo gira alrededor del mejor componente de nuestro país que es tan querido por mi padre, el té Ceylon.
Al mando de la auténtica experiencia Ceylon Tea Trails se encuentra nuestro plantador de té, Andrew Taylor, descendiente directo de James Taylor, escocés que introdujo por primera vez el té Ceylon tras la destrucción de la industria del café a causa de una plaga. Taylor enseña a los huéspedes el proceso tradicional para la elaboración de té y les cuenta historias familiares sobre la historia del proceso. A continuación, el tour continúa por las antiguas plantaciones de Ceilán y los visitantes atraviesan la densa junglas en busca de las mejores pendientes en las que plantar té para, más adelante, aventurarse a descubrir el corazón de las plantaciones y observar cómo los recolectores de té recogen, como mucha habilidad, dos hojas y un brote. En la fábrica de la región se lleva a cabo todo el proceso de conversión para «hacer» el té negro. Se utilizan máquinas de diseño británico muy tradicionales, algunas de ellas de hace más de 100 años. El proceso es muy artesanal, no ha cambiado en más de un siglo, es como mirar al pasado. El tour finaliza con una cata de tés Ceylon tradicionales con distinta graduación.
Tras el inaudito éxito de Tea Trails, abrimos nuestro primer resort de playa a finales del 2014 en la costa del sur de Sri Lanka. Cape Weligama cuenta con 40 villas y suites situadas en un promontorio impresionante sobre la Bahía de Weligama. Queríamos crear una base de lujo desde la que nuestros huéspedes pudiesen explorar Galle Fort, visitar plantaciones de canela y de té, montar en kayak en el lago Koggala o pedalear por los pueblos y paisajes de los alrededores; para ello contamos con la inestimable ayuda del conocido arquitecto Lek Bunnag. Nuestra cocina es un auténtico homenaje a los sabores tradicionales de Sri Lanka y nuestro spa incorpora té, hierbas y especias cultivadas en la localidad. Cape Weligama ha sido, hasta el momento, un éxito en número de visitas y estamos encantados de poder anunciar varias aperturas de nuevos hoteles boutique por el país, como el campamento de 28 suites en el Parque Nacional de Yala.
Nuestro objetivo consiste en ofrecer a todos los viajeros experiencias ligadas a la historia, la cultura y la naturaleza de Sri Lanka. Mi padre Merril, que ya tiene 84 años, sigue muy ligado al negocio y, aunque, dedicase prácticamente toda su vida al té (siempre que visita Tea Trails o Cape Weligama, lo primero que hace es comprobar como lo almacenan y lo sirven) está muy orgulloso de que la familia haya creado un negocio de hoteles único que, al igual que Dilmah, esté comprometido con la ética y la sostenibilidad y que destine un 10% de los beneficios a contribuir con proyectos filantrópicos como el de MJF Charitable Foundation o Dilmah Conservation.
Artículo obtenido de Crew Clothing Company y traducido por Be Marketing / Be World